Noche de Paz

Ésta es la noche de los ausentes.

El niño Jesús se acuesta
sobre un lecho de sangre, pus, tierra
de camposanto y tubos de hospital.

Nosotros, en el mejor de los casos,
callamos.

Si no, cantamos villancicos
y comemos turrón
para desanudar la garganta.

Miedo

Nadie quiere pensar en ello,
pero yo lo pienso sin querer
cada vez que me miro
adentro y atrás,
despacio y a drede.

Nadie quiere pensarlo,
pero cada vez asusta más
mirarse al espejo.

¿Cómo creería yo,
a los ocho años,
que me vería hoy
ante este despiadado
trozo de cristal cegado?

No lo sé, no me acuerdo.
Pero creo
que me esperaba más.

Villancico

Si el rey del mundo nació
en casa de un carpintero,
todo es posible, todo es misterio.

Si el rey del mundo nació
entre una mula y un buey,
nada es de nadie, ésa es la ley.

Creo que es Navidad y no me he enterao,
porque estoy en la calle, borracho y tirao.
Yo no soy cristiano, soy un vagabundo
sin techo y sin nada, como el rey del mundo.

Una delante y otra detrás

Una vez más
ando temiendo perder
lo que no es mío.

¿Cómo puedes sujetar
ninguna cosa de este mundo
cuando naciste sin dedos?

La posesión es cosa de ricos,
de narcos y de tenderos.

Yo, que solo soy yo, no tengo nada.

Y lo siento por Buda,
pero eso no me hace feliz.