valiente ocurrencia

Yo es cobarde y plano. Casi Yo es mucho más valiente y de vez en cuando se rasca la coronilla. Bienvenidos a las ocurrencias de Casi Yo.

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lunes, mayo 16, 2011

Primavera de caucho

Ya ni siquiera recuerdo el día
en el que la encargada del El Corte Inglés
dejó de decir "atiende a este chico"
para soltar un terrible "atiende a este señor".

Ya no echo de menos los pelos de mi coronilla
ni aquella fantástica erección ininterrumpida
que me acompañó en aquellos tiempos
sin poesía, sin insomnio y sin sucedáneos.

Ya no soy joven, pero soy feliz.
Tengo una casa en propiedad, un corazón
en usufructo, un cochecito, un buen puesto,
un puñado de amigos y muchos años por delante.

Tengo mucha suerte, pero no puedo
compararme a vosotros, los amos del mundo.
No tenéis ni idea –tampoco yo la tenía–
de lo bueno, de lo grande que es ser joven.

Dicen que lo tenéis difícil. No hagáis caso.
A nosotros nos convencieron de que seríamos ricos,
y ahora nos maldecimos por tener que perseguir
el pan, igual que lo hicieron nuestros abuelos.

No penséis en el futuro, la juventud es presente.
No caigáis en el disparate del triunfador y el fracasado.
La obligación de un joven es perder:
perder la inocencia, la dependencia, la virginidad,
la obediencia, la irresponsabilidad, las llaves,
el conformismo, los dientes de leche, la vergüenza,
los valores prestados, el infantilismo...

Perded todo eso y no os preocupéis por el fracaso,
no habéis tenido tiempo para fracasar en nada.
Puede que algún día lo hagáis y entonces será el momento
de preguntaros si vuestras aspiraciones eran para tanto.

Os lo digo en serio, no nos escuchéis,
nosotros ya no sabemos ser jóvenes, y tampoco adultos.
Sed vuestros propios maestros. Experimentad,
inventad el siglo XXI, olvidaos de una vez del XIX
(del XX hay que acordarse para no repetirlo),
y vivid despreocupados, con honestidad y valentía,
sin complejos ni falsos modelos de éxito.

Poned a prueba vuestros cuerpos y vuestras mentes,
recorred el mundo, conoced a las personas
y no os preocupéis por el dinero tanto como nosotros.
El dinero solo es problema cuando tienes demasiado
o cuando no te alcanza ni para llenar el plato.

Atreveos a ser jóvenes, vivid con pasión,
amad como locos, sin miedo, aunque duela, si duele mejor
nunca os dolerá el amor tanto y tan bien como ahora.
Vivid vuestra juventud, disfrutadla, sufridla
exprimidla, llegad a aborrecerla si es necesario.

Solo así sabréis dejar de ser jóvenes,
no como nosotros, que vivimos aferrados
a una primavera de caucho, a una juventud eterna
recalentada en el gimnasio, los clubs,
las Baleares y los quirófanos.

No construyáis un Circo tan triste como el nuestro,
lleno de idiotas que piensan evitar que la vejez
llegue algún día a base de hacer el payaso.

Aprended a ser jóvenes, hacedlo por vosotros.

A cambio, prometemos averiguar
cómo se aprende a ser viejo.

miércoles, mayo 04, 2011

Cadenas de seda que huelen a rosas

Cuando alguien te dice que te quiere
o está exagerando o te está haciendo una putada.

Si una persona te suelta esas dos palabras
y realmente le salen de dentro,
tú estás obligado a ser una de estas tres cosas:
un canalla, un cínico o un héroe.

Puedes ser un pequeño tirano si lo deseas:
alguien te ha dado la oportunidad
de señorearte de su corazón, de pisotearlo
como si fuera un racimo maduro, blando y rojo.

O puedes elegir no creerte nada,
atribuir su amor a un capricho o a una trampa,
y cometer la crueldad de negar a una persona
el derecho a sentir lo que no puede evitar.

Pero también puedes guardar ese amor
en el jardín blindado de tus tesoros,
plantarlo y abonarlo con lo que tengas por ahí,
aunque sea con poco, con muy poco,
con el pan seco y digno de la empatía.
O puedes corresponder con un amor mayor,
quitando a tu corazón el alimento
para dárselo al ser que te ha regalado el suyo.

Eso es de héroes. O al menos es de hombres.

Cuando alguien te dice que te quiere,
te está haciendo una putada.
Pero piensa que a sí mismo
se está haciendo una mucho más gorda.


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