Homo patiens
Por muy listo que seas
no dejarás de equivocarte.
Por mucho que medites,
no encontrarás la paz.
Por mucho que vivas,
nunca serás inmortal.
Por más kantiano que seas
no dejarás de ser injusto,
y aunque te cuides con rabia
la edad acabará humillándote.
Por mucho que midas tus palabras
siempre hablarás demasiado,
y por más que endurezcas tu corazón,
no evitarás el llanto.
Llorarás cien veces tu peso,
ése es el precio de ser humano.
Siempre estarás solo en la cumbre
de la cadena evolutiva,
igual que los miles de semejantes
que te acompañan.
Y sin embargo,
qué bello es sentirse tan inacabado,
saber que eres la antesala
de la perfección. El único en saber
–aparte de Dios–
que el infinito existe.
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