valiente ocurrencia

Yo es cobarde y plano. Casi Yo es mucho más valiente y de vez en cuando se rasca la coronilla. Bienvenidos a las ocurrencias de Casi Yo.

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viernes, septiembre 22, 2006

San Ratzinger el Infalible

Cualquiera que haya ido al cole y se haya pasado menos tiempo que yo castigado en el pasillo, sabe de sobra que los velos, las mangas largas, la discriminación social y sexual, la ejecución de herejes y adúlteras y la guerra santa han sido actividades magistralmente desempeñadas por la Santa Iglesia Católica durante siglos.

Por eso, que el sumo pontífice de la abominable secta de Roma venga ahora a arrojar esos trapos sucios contra el rostro del Islam es, cuando menos, una jetada. Tanto que el propio Benedicto Ratzinger, después de haberse despachado contra el profeta Mohamed, debió rebobinar y —¡milagro!— acabó reconociendo que había metido la pata hasta su sagrada ingle.

Yo, gracias a Dios, no abrazo ningún credo. En todo caso soy una especie de cristiano freelance. Pero si fuese católico estaría completamente hundido. Resulta que te pasas toda la vida escuchando que el Papa es infalible, que lo que dice va a Misa (mola mogollón aplicar este dicho a este contexto), y al final es él mismo el que asoma la gaita al balcón de la plaza de San Pedro para proclamar, arrepentido, que la ha cagado como la cagamos el resto de los mortales.

¡Si Pablo VI levantara la cabeza! Esto es lo nunca visto. El Papa ya no es infalible. A lo mejor un día de estos nos levantamos y descubrimos que Jiménez Losantos tampoco lo es.



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