Dulce holocausto
Qué bonito es —a veces—
vivir entre vosotros,
humanitos,
perderse en la hilazón sin rumbo
de vuestros pensamientos,
o embriagarse
con el cóctel caótico
de vuestros perfumes, sudores y halitosis.
Pero otras veces —las más—
me emociona
sorprenderme a mí mismo
solo,
solo y arrullado como un feto,
solo, especial y único
como el único habitante de la Tierra
tras el holocausto de las bombas.
vivir entre vosotros,
humanitos,
perderse en la hilazón sin rumbo
de vuestros pensamientos,
o embriagarse
con el cóctel caótico
de vuestros perfumes, sudores y halitosis.
Pero otras veces —las más—
me emociona
sorprenderme a mí mismo
solo,
solo y arrullado como un feto,
solo, especial y único
como el único habitante de la Tierra
tras el holocausto de las bombas.
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