Tarde con tendencia a noche.
Cae la tarde
sobre los muertos de asco
y el cielo rojo
tiñe de irrealidad
la insoportable concreción
de los objetos.
“Nadie vivirá por ti
—dice el maestro—,
vive solo y muere solo.
Al final solo serás
pienso para el olvido".
Cae la tarde
y rogamos a la noche
que venga y nos oculte.
Mientras, las golondrinas,
con acrobático desprecio,
se mean a coro
sobre nuestra condición
de cautivos.
sobre los muertos de asco
y el cielo rojo
tiñe de irrealidad
la insoportable concreción
de los objetos.
“Nadie vivirá por ti
—dice el maestro—,
vive solo y muere solo.
Al final solo serás
pienso para el olvido".
Cae la tarde
y rogamos a la noche
que venga y nos oculte.
Mientras, las golondrinas,
con acrobático desprecio,
se mean a coro
sobre nuestra condición
de cautivos.
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